Elena with her dad celebrating her first anniversary with diabetes

El mismo equipo de UC Davis trata a un padre y su hija

(SACRAMENTO)

Fue en diciembre del 2022. Erik y Wendi Ramirez y sus dos hijas, Emma y Elena, estaban viajando de Corning a Chico para celebrar el cumpleaños de Emma, que cumplía 7. La familia fue a ver las luces navideñas y a un parque para saltar en trampolín. Había sido un día divertido, pero algo no estaba bien.

La familia Ramirez – Wendi, Emma, Elena y Erik – celebran el cumpleaños de Emma
La familia Ramirez – Wendi, Emma, Elena y Erik – celebran el cumpleaños de Emma

Su hija Elena, quien tenía 10 años, necesitaba ir al baño con frecuencia. Esto no era típico en ella y días atrás Erik y Wendi también habían notado cambios en la conducta de la niña. Se la veía letárgica y sin interés en ver fútbol, su deporte favorito. Los dos estaban preocupados.

Erik, que tiene diabetes tipo 1, conocía los signos, que en general empiezan repentinamente.

“Le dije a mi esposa que debíamos chequear su azúcar en la sangre cuando volviéramos a casa”, dijo Erik. “Yo no quería creer que podía ser diabetes, pero quería descartarlo”.

Elena ni siquiera podía hacer el viaje de 30 minutos sin tener que parar. La familia paró en el Área Recreativa Estatal de Woodson Bridge, un lugar demasiado familiar para Erik, para que Elena pudiera usar el baño.

Área Recreativa Estatal de Woodson Bridge
Era en el Área Recreativa Estatal de Woodson Bridge donde ambas familias de Erik y Elena tuvieron que parar.

Erik había parado en ese mismo lugar cuando era un niño de 10 años. Era la misma situación. No se había estado sintiendo bien. Tenía que usar el baño con más frecuencia. Eventualmente, no pudo caminar. Fue cuando se dirigían a la sala de emergencia en Chico que sus padres pararon en el puente para que pudiera ir al baño.

“Cada vez que cruzo ese puente, pienso en ese día”, recordó Erik. “Estaba tan confundido en ese momento y ahora, aquí estaba con mi propia hija en el mismo lugar”.

“Erik se estaba volviendo loco”, recordó Wendi. “Los dos estábamos tan nerviosos”.

Veinticuatro años antes, Erik había sido trasladado al Hospital de Niños de UC Davis en una ambulancia aérea. Tenía miedo de que lo mismo ocurriera con Elena.

Wendi Ramirez
Erik estaba muy asustado. Me chequeaba yo misma para ver si el medidor estaba leyendo y sí, estaba funcionado. Eventualmente obtuvimos una lectura para Elena que era por sobre 600”. Wendi Ramirez, mamá de Elena

Niveles muy altos de azúcar en la sangre

La familia llegó a su casa y chequeó el azúcar en la sangre de Elena. El primer medidor no leía nada. Usaron otro. Mismo resultado. Tenían medidores en toda la casa porque Erik tenía que monitorearse regularmente. Ningún medidor dio una lectura. Erik y Wendi se preocuparon.

“Erik estaba muy asustado”, dijo Wendi. “Me chequeaba yo misma para ver si el medidor estaba leyendo y sí, estaba funcionando. Eventualmente obtuvimos una lectura para Elena que era por sobre 600”.

Los valores que se esperan para una concentración normal de glucosa en la sangre en ayunas son de entre 70 mg/dL y 100 mg/dL. La diabetes tipo 1 alguna vez se llamó diabetes insulina-dependiente o diabetes juvenil, pero la enfermedad se puede desarrollar a cualquier edad.

“Sentí que me caía”, recuerda Erik, con lágrimas en los ojos. “Fue el peor día de mi vida porque sabía lo que vendría”.

Como lo hizo dos décadas antes, la familia se subió al auto y fue desde Corning hasta el hospital más cercano en Chico.

“Mi esposa y yo llorábamos en el auto. Ha sido una lucha tan grande para mí a lo largo de los años”, dijo Erik. “No quería que fuera verdad”.

Erik Ramirez
Sentí que me caía. Fue el peor día de mi vida porque sabía lo que vendría”.Erik Ramirez, papá de Elena

Cuando la familia llegó a la sala de emergencia, el azúcar en la sangre de Elena había caído a 400+, aún muy por encima de los niveles normales. El equipo ahí pensó que lo mejor para la familia era ir al Hospital de Niños de UC Davis, donde la niña podría recibir tratamiento de especialistas de endocrinología pediátrica.

De tal padre, tal hija

Era lo que Erik y Wendi sospechaban. Elena tenía diabetes tipo 1.

Elena fue diagnosticada con diabetes
Elena fue diagnosticada con diabetes tipo 1 e internada en el Hospital de Niños de UC Davis.

Más de 37 millones de personas en Estados Unidos tienen diabetes, y una historia clínica de diabetes en la familia significa que los niños son más propensos a desarrollar la enfermedad crónica. ¿La buena noticia? Los padres de Elena la habían identificado rápido, de manera que su enfermedad no había avanzado como lo había hecho la diabetes de Erik.

Elena pasó tres días en el hospital, donde ella y su familia aprendieron más sobre la enfermedad.

“El personal fue muy bueno en comunicarse con nosotros, y explicando todo”, dijo Wendi. “Pensamos que también fue bueno tener residentes [médicos] involucrados en el tratamiento. Mientras más, mejor”.

Si bien recibió mucha atención durante sus días en el hospital, Elena todavía estaba triste por su diagnóstico hasta que reconoció que tenía a alguien que sabía exactamente cómo se sentía.

“Tenía puesta esta pulsera [médica] que decía diabetes. Le dije a mi papa que no lo podía creer”, dijo Elena. “Pero como mi papá también la tiene, sentí que no estaba sola”.

Elena no solo tiene a su papá apoyándola con su nuevo diagnóstico, sino que también tiene el mismo equipo médico ayudándola a manejar su diabetes.

Erik y Elena visitan la misma clínica de UC Davis
Erik y Elena visitan la misma clínica de UC Davis donde Erik recibió tratamiento para su diabetes décadas atrás.

“Fuimos a la clínica y era igual. Recuerdo específicamente la pecera”, dijo Erik. “Fue realmente emotivo. Luego entramos y la enfermera Sultanna Iden me preguntó si la recordaba”.

“Cuando vi a Elena y Erik me di cuenta de que había sido la enfermera de diabetes de Erik años atrás”, dijo la enfermera de endocrinología pediátrica, Sultanna Iden. “Recuerdo atendiéndolo con el Dr. Styne y fue tan bueno verlo como adulto y padre de familia”. 

“Nunca hubiera pensado que compartiría la misma enfermera y el mismo doctor con mi hija”, dijo Erik, maravillado. “Me emocionó”.

Sultanna Iden
Cuando vi a Elena y Erik me di cuenta de que había sido la enfermera de diabetes de Erik años atrás. Recuerdo atendiéndolo”. Sultanna Iden, enfermera de endocrinología pediátrica

“Fue un momento agridulce”, agregó Wendi. “Fue realmente muy especial para Erik”.

Mejores días por delante

Si bien no es algo que la familia haya acogido con alegría, la diabetes tipo 1 ha creado un vínculo especial entre padre e hija.

“Cuando fue diagnosticada, Elena estaba muy triste”, recuerda Iden. “En su última visita estaba sonriente y bromeando con su papá, diciendo que él era su apoyo. Fue tan lindo ver a padre e hija simplemente siendo padre e hija, reconociendo que la diabetes no tiene que interferir con sus vidas”.

Erik y Elena celebrando el primer aniversario de la fecha en que Elena fue diagnosticada con diabetes
Erik y Elena celebrando el primer aniversario de la fecha en que Elena fue diagnosticada con diabetes, conocido como su “día-versario”, el 18 de diciembre, 2023

“Ella es realmente fuerte y voy a ayudarla a manejar esto”, dijo Erik, hablando de Elena, quien ahora tiene 10 años.

Wendi está agradecida de que el Hospital de Niños de UC Davis haya podido ayudar a su hija tal como había ayudado a su esposo muchos años antes.

"Todos han sido tan buenos”, Wendi dijo. “Realmente saben cómo cuidar a tus hijos. Confía en ellos”.