NO ESTAR EMPODERADO PARA PONERSE EN MARCHA DE NUEVO

Fue en una cita con su médico de atención primaria de UC Davis Health cuando Derrick, de 62 años, se dio cuenta por primera vez de que necesitaba cambiar su vida.

“La Dra. Nelsen, mi doctora, me sentó y me explicó mi propia mortalidad. Me explicó la obesidad de una forma que nunca había oído, y los efectos que estaba teniendo en mí,” dice.

En ese momento, Derrick pesaba más de 300 libras y no sabía cómo bajar de peso.

“Mi salud estaba empeorando. Había probado todas las dietas de moda, bajaba de peso solo para subirlo todo de nuevo. Me gustaba beber y comer. Si no era algo frito, no me gustaba.”

Sin embargo, todo eso cambió cuando su hermano murió repentinamente de un ataque cardíaco.

“Él murió durante la semana de Acción de gracias, dos días antes de su cumpleaños. Y ese fue mi momento crucial. Sabía que necesitaba un cambio de estilo de vida antes de que fuera demasiado tarde,” explica Derrick.

“Emocionalmente, no pensaba que podría pasar por ello. No obstante, todos permanecieron a mi lado. Nadie nunca me presionó. En vez de eso, conversaron conmigo y me ayudaron a entender lo que necesitaba hacer y cómo podía hacerlo.”Derrick

Realización del cambio

Después de varias citas de atención primaria, análisis de laboratorio y pruebas, la Dra. Kay Michelle Nelsen se reunió con Derrick para hablar sobre la posibilidad de someterse a una cirugía bariátrica, un procedimiento quirúrgico para bajar de peso que ayuda a las personas que no pueden bajar el peso excesivo a través de dieta y ejercicio únicamente. Ella creía que Derrick era un candidato excelente.

Debido a la confianza que había establecido con la Dra. Nelsen, Derrick decidió seguir su sugerencia. A través de su atención primaria de UC Davis Health, a Derrick se le derivó directamente al equipo quirúrgico bariátrico, que le explicó todo el proceso antes y después de la cirugía. A fin de tener éxito, la cirugía requeriría cambios de estilo de vida importantes y trabajo intensivo, incluido bajar de peso con antelación.

“Emocionalmente, no pensaba que podría pasar por ello. No obstante, todos permanecieron a mi lado. Nadie nunca me presionó. En vez de eso, conversaron conmigo y me ayudaron a entender lo que necesitaba hacer y cómo podía hacerlo,” dice.

Seis meses antes de la cirugía, Derrick se responsabilizó de iniciar su proceso al reunirse con especialistas del comportamiento que le enseñaron técnicas para afrontar mejor la cirugía y mantener una rutina saludable después de esta.

“Todo esto fue durante la pandemia de COVID, así que nadie podía estar conmigo. No podía traer a mi familia a las citas para que me apoyara. Fue la cosa más difícil que he hecho en toda mi vida,” explica.

Fue durante este tiempo que Derrick contactó con una enfermera bariátrica, Barbara Jachniewicz, a la que sigue refiriéndose como su ángel de la guarda.

“Le debo mucho. Ella verdaderamente fue como mi familia, ocupándose de todo lo que necesitaba. Ella me ayudó a sobrellevarlo.”

Descubrimiento de lo saludable

Aunque la preocupación de la cirugía fue dura para Derrick, pronto se dio cuenta de que estaba funcionando mejor de lo que esperaba.

“Después de la cirugía, todo lo que le dijeron que iba a pasar realmente pasó,” dice.

Derrick pasó de ser un hombre con asma grave y complicaciones graves de la diabetes a ser un hombre casi 100 libras más liviano, que podía respirar con facilidad y reducir la insulina a solo una pequeña dosis por las noches.

“Incluso veo mejor. Y estoy en mi tercer cambio de talla de ropa en este momento,” sonríe.

Desde su cirugía, realizada por el Dr. Mohamed R. Ali, cirujano bariátrico jefe de UC Davis Health, Derrick ha podido recuperar la clase de energía que no había sentido desde que era un joven en la Marina. Ha vuelto a pasar más tiempo con sus dos hijos y cinco nietos, nadar, pasar tiempo en el parque y caminar a dondequiera que puede.

Y hasta este día, atribuye a su médico de atención primaria y a la increíble atención excelente que recibió de la enfermera Barbara el haberle dado el empujón que necesitaba para encauzar su vida de nuevo.

“La enfermera Barbara me dijo el día antes de la cirugía que esta iba a funcionar, y que independientemente de lo que pasara, permanecería a mi lado,” dice. “Y fue en un momento en que tenía mucho miedo. Esto lo cambió todo para mí.”